"PALABRAS BLANCAS" (Ed. Obelisco) | |
Los
filamentos de las bombillas son inútiles, si no pasa la corriente.
Los filamentos sois vosotros, soy yo. ¡La corriente es Dios!. Tenemos
la posibilidad de permitir a la corriente pasar a través de nosotros
y de utilizarnos para producir Luz en el mundo.
Cuando dais vosotros mismos, cuando dais de verdad. Muchas veces dices:- Quisiera dar, pero sólo a quien se lo merece. Los árboles de tu huerta no dicen así, ni lo dicen los rebaños de tu pastizal. Ellos dan para poder vivir porque retener es perecer. (Kahlih Gibran) La mayor pobreza consiste en no ser amados. ¡Las manos que juntáis para rezar, las manos que sostienen el rosario, pueden transmitir el calor de Dios! Somos pequeños instrumentos, ¡Pero muchos pequeños instrumentos en las manos de Dios pueden hacer milagros!. Sed buenos, premurosos y misericordiosos. Procurad que todo aquél que acuda a vosotros, al marcharse, se sienta mejor y más felíz. La Revolución del Amor comienza con una Sonrisa. Yo soy el lápiz de Dios, un trozo de lápiz con el cuál Él escribe aquello que quiere. Gratuitamente recibimos, gratuitamente damos. Este ha sido siempre el más hermoso don de Dios. Hay una cosa muy bonita: compartir la Alegría de Amar. Dios no ha creado la pobreza: nosotros somos quienes la hemos creado. ¡Delante de Dios todos somos pobres!. Y ¿Qué es trabajar con Amor?: Cuando esté desanimado, mándame alguien a quien animar; cuando necesite que se ocupen de mi, mándame alguien de quien me tenga que ocupar. Yo insisto para que la gente se una a nuestro trabajo. Pido que traigan Amor, que ofrezcan el sacrificio de sus manos. En el momento de la muerte, no seremos juzgados por la cantidad de trabajo que habremos hecho, sino por el peso del Amor que hayamos puesto en nuestro trabajo. Este es el mayor don de Dios: aceptar con una Sonrisa todo lo que Él nos da y todo lo que exige de nosotros. Mirad a vuestro alrededor y veréis a Dios jugar con vuestros hijos y escrutad el espacio, veréis a Dios andar por las nubes, extender sus brazos en el relámpago y bajar con la lluvia. Lo veréis sonreir con las flores y en las cimas de los árboles que se agitan, veréis sus manos que saludan (Kahlih Gibran). La sinceridad es humildad. Sin sacrificio, oración y penitencia, sin una fuerte carga de vida espiritual, no podríamos nunca llevar a cabo nuestro trabajo. Todas nuestras palabras son inútiles si no vienen del alma. Las palabras que no dan la luz de Cristo, aumentan las tinieblas. Vuestra alma, es con frecuencia, un campo de
batalla, en el que vuestra razón y vuestro juicio declaran la
guerra a vuestra pasión y a vuestras tensiones. El Amor no tiene otro mensaje que él de sí mismo. Silencio no quiere decir solamente, no hablar: comprende también lo que tiene la mente ocupada. Por esto, debemos practicar el sacrificio del silencio. Cristo es la vid, y nosotros somos los sarmientos. Dios es el viñador de todos nosotros. Tu nos abres esta vía, para que el cuerpo lacerado de Cristo, tu Iglesia, pueda ser levadura para los pobres de la tierra. San Agustín dice:- “Las pequeñas
cosas son y se quedan pequeñas, y sin embargo ser felices en
las pequeñas cosas es una gran cosa-“. Fidelidad, Puntualidad, pequeñas palabras
llenas de bondad, algún pequeño pensamiento para los demás,
ciertos pequeños gestos hechos de silencio, de miradas, de pensamientos,
de palabras, de obras. Torno y retorno siempre al mismo punto: silencio
y caridad. Hablar de si mismo lo menos posible. “Tengo sed”, ha dicho Jesús en la Cruz. Hablaba de su sed, no de una sed de agua, sino de una sed de Amor. Nuestro fin es el de saciar esta sed infinita del Dios hecho hombre. No debemos tener la costumbre de preocuparnos por el futuro, No hay razón. Dios está aquí. ¿Soy yo una luz que no alumbra? ¿Una
falsa luz? ¿Una bombilla con el filamento que no ilumina?. Si sois humildes, nada os afectará, ni el orgullo, ni la desgracia. Puesto que sabéis qué cosa sois. |
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