1ª PARTE: EL ALMA DE LA MADRE
TERESA
© P. Brian Kolodiejchuk, M.C.
Postulador
Ama a Jesús generosamente. Amale confiadamente y sin mirar hacia atrás,
sin temor. Entrégate totalmente a Jesús … Desea amarle
mucho y amar el amor que no es amado.
Madre Teresa, 2 junio 1962
Cuando Madre Teresa murió, a la edad de 87 años, era ya muy
admirada por su amor generoso y su dedicado servicio a los pobres de todo
el mundo. Sin embargo, a causa de su resolución de revelar muy limitadamente
lo que ocurría en su interior, uno podría solamente suponer
la intensidad de su amor por Dios y por las almas. Ahora, gracias a los descubrimientos
hechos durante el proceso de beatificación y canonización, se
nos ha dado un nuevo y privilegiado observatorio del alma de Madre Teresa,
en esa mística comunión con Dios que constituía su vida,
sus enseñanzas y sus obras de caridad.
Quizás el más importante e inspirador de estos “secretos”
de su corazón sea el de los tres notabilisimos aspectos de su relación
con Jesús. El primero, se refiere a un extraordinario voto privado
que Madre Teresa hizo en 1942. El segundo se refiere a la fuente de la inspiración
de Madre Teresa para dedicarse a servir a los más pobres entre los
pobres. El tercero, se centra en su impresionante experiencia de una dolorosa
noche interior que se había asentado en ella tan pronto como comenzó
su obra entre los pobres de Calcuta. Estos tres fenomenos, especialmente vistos
en relación entre ellos, nos llevan a una mayor apreciación
de la profundidad de la santidad de Madre Teresa y a la relevancia que su
ejemplo y su mensaje tienen para nuestro tiempo.
Este ensayo presentará el voto de 1942 y la inspiración de 1946;
una sucesiva segunda parte tratará sobre el largo período de
oscuridad interior.
1. El Voto de 1942 ? “Algo muy hermoso” para Jesús
Madre Teresa era, sobre todo, una mujer enamorada de Dios. La impresión
es que se enamoró de Él a una edad muy temprana y que creció
en este amor sin serios obstáculos. Su educación estuvo marcada
por una cuidadosa enseñanza de la fe católica y por una vida
espiritual vivida con seriedad. En varias cartas personales, ella revela cómo
Jesús fue el primero y el único que consiguió cautivar
su corazón: “Desde mi infancia, el Corazón de Jesús
ha sido mi primer amor”. Junto a esta temprana intimidad con Jesús,
Madre Teresa ha recibido una gracia especial en el momento de su Primera Comunión:
“Desde la edad de cinco años y medio, cuando le recibí
por primera vez, el amor por las almas entró dentro [de mí].
Este [amor] ha ido creciendo con los años” [1].
El amor de Madre Teresa por Jesús y el prójimo creció
tanto que, a la edad de dieciocho años dejó su familia y su
tierra natal para responder a la llamada de Jesús a una vida misionaria
en India como religiosa de Loreto [2]. Ocho años después, se
empeñó definitivamente con Cristo como religiosa. Seis meses
después de la profesión perpétua de sus votos, estaba
todavía inmersa en el estupor y la intensa alegría que había
marcado este hecho. “Si usted supiese lo feliz que era”, escribió
a casa a su padre espiritual en Skopje, P. Jambrekovic, S.J. “Por mi
libre voluntad podría haber encendido el fuego de mi propio holocausto...
[ofrenda sacrifical] quiero pertenecer solo y completamente a Jesús
... lo daría todo por El, incluso la misma vida”.
La vida de Madre Teresa como religiosa de Loreto fue un tiempo que tuvo como
característica un intenso y generoso amor a Dios. Como escribó
algunos años más tarde, “En estos dieciocho años
he intentado vivir según sus deseos. He estado ardiendo con el deseo
de amarle como nunca había sido amado antes”.
Como expresión de este deseo, en 1942 a la edad de treinta y seis años,
Madre Teresa hizo un voto privado, al tiempo magnanimo y atrevido, a Dios.
Como ella misma explicará, “deseaba dar a Jesús algo muy
hermoso”, “algo sin reservas”. De este modo, hacia el fin
del retiro anual de aquel año, con el permiso de su entonces director
espiritual, se obliga si misma “a dar a Dios cualquier cosa que le pudiese
pedir, - ‘a no negarle nada’”.
Este voto excepcional estaba radicado en la delicadeza de un gran amor y de
la necesidad, profundamente sentida de darse completamente a Dios. Como evidencia
el teólogo espiritual, P. Jordan Aumann, O.P., “El amor une la
voluntad del amante a la voluntad del amado, y un perfecto abandono requiere
la completa entrega de nuestra propia voluntad a la de Dios... [tal] abandono
a la voluntad de Dios se encuentra solamente en las almas muy avanzadas en
el camino de la perfección” [3]. La explicación que da
P. Hans Urs von Balthasar de cómo el amor se expresa a si mismo en
la forma interior de un voto, ilumina el acto de amor hecho por Madre Teresa
durante su retiro: “El amor perfecto consiste en la entrega incondicional
de si mismo, en el donum Dei [Don de Dios]. … El contenido de cada amor
genuino se expresa en este acto de auto-abandono que pone a disposición
de Dios y abandona en El todo lo que uno posee como una ofrenda votiva, en
la forma interna de un voto” [4]. Años después, Madre
Teresa expresaba el ideal que había vivido durante tanto años
en una instrucción a las Hermanas: “El amor verdadero es abandono.
La sumisión, para el que está enamorado es más que un
deber, es una bendición. Solo el abandono total puede satisfacer el
deseo ardiente de una verdadera Misionera de la Caridad”.
El permiso del director espiritual de Madre Teresa confirma que este voto
no se basaba en un mero capricho ni miraba a un peligroso o imposible ideal.
Más bien, la gracia que movía a Madre Teresa a hacer este voto
presuponía una completa confianza en Dios y un ya bien enraizado hábito
de buscar hacer lo que a Él más le agradase.
Durante siete años el voto permaneció como un secreto personal,
aunque poderoso, que Madre Teresa compartió solo con su director espiritual.
Toda su actividad durante esos años estaba animada por el deseo de
Madre Teresa de amar a Dios de todo corazón haciendo su voluntad en
todas las cosas. Hasta abril de 1959, el octavo día de un retiro hecho
con P. L. Picachy, S.J., nunca había escrito de su voto y del amor
que éste inspiraba en ella: “Esto es lo que oculta todo dentro
de mí”.
Algún tiempo después, cuando el Arzobispo de Calcuta, Ferdinand
Périer, S.J., parecía pensar que ella estaba actuando con demasiada
precipitación al iniciar una nueva fundación, Madre Teresa sintió
la necesidad de revelar la razón real que estaba detrás de la
prisa que caracterizaba todos sus empresas. En su carta del 1 de septiembre
de 1959 ella le habla de su voto y de cómo el amor se debe mover inmediatamente:
“Durante estos diecisiete años he tratado [de ser fiel a ese
voto] y ésta es la razón por la que quiero ponerlo en práctica
con rapidez”.
El voto, como se verá en la parte segunda de este ensayo, demostró
ser también una fuente de fortaleza durante los largos años
de su dolorosa lucha espiritual. Tal y como escribió a su director
espiritual, P. Joseph Neuner, S.J., en la primavera del 1960, “Desde
entonces [1942] he mantenido esta promesa, y a veces cuando la oscuridad es
muy oscura y estoy a punto de decir ‘No’ a Dios, el recuerdo de
esa promesa me sostiene”.
Madre Teresa consideraba su voto del 1942 como un vínculo sagrado que
la unía a su Divino Esposo. Jesús, por su parte, le tomó
la palabra a Madre Teresa. Varios años después, en 1946, en
una serie de visiones y locuciones interiores, Jesús le pidió
que fundase una nueva comunidad religiosa dedicada totalmente al servicio
de los más pobres entre los pobres. En sus palabras a Madre Teresa,
Jesús alude a su voto: “Te has convertido en Mi esposa por amor
a mí. Te negarás a hacer esto por mí? No me lo niegues”.
Esta llamada de Jesús es el segundo secreto de Madre Teresa.
Madre Teresa 1946
2. La “Inspiración” de Madre Teresa Madre
Teresa en Calcuta
Desde el tiempo de la profesión de sus primeros votos en mayo de 1931,
Madre Teresa fue destinada a la comunidad de Entally que las religiosas de
Loreto poseen Calcutta y enseñó en la Escuela Media Bengalí
femenina de St. Mary. La escuela estaba pegada al convento y acogía
huérfanas y niñas pobres, tanto solo durante el día como
en pensión completa. Entre otras responsabilidades, la celosa joven
religiosa se hizo cargo de otra escuela de Loreto, la Escuela Primaria y Media
Bengalí de Santa Teresa, situada en Lower Circular Road. Su excursion
diaria a través de la ciudad le dió la oportunidad de observar
las necesidades y el sufrimiento de los pobres. En mayo de 1937, después
de que Madre Teresa hiciese su profesión perpétua como religiosa
de Loreto, continuó en St. Mary, enseñando catecismo y geografía.
En 1944 se convirtió en Directora de la Escuela.
En el aula, Madre Teresa era más que solo una presencia. Se preocupaba
de comunicar su vision sobrenatural de la vida a sus estudiantes y de conducirlas
a una fe más profunda. Ella tuvo también la oportunidad de servir
a los pobres e clínicas dirigidas por las Hermanas de Loreto. Estos
encuentros causaron en ella una profunda impresión. Aunque no se daba
cuenta de ello, todo esto se demostró como un ambiente providencial
en el cual Dios la estaba preparando para su futura misión. Madre Teresa
destacaba por su caridad, su generosidad y su coraje; su capacidad para el
trabajo difícil; su talento natural para la organización y su
espíritu alegre. Era una religiosa orante, fiel y fervorosa. Aunque
el voto privado que había hecho en 1942 era desconocido para todos,
su amor y generosidad eran evidentes para todos. Las Hermanas de su comunidad,
así como las alumnas y las internas de St. Mary, la amaban y la admiraban.
LA LLAMADA
Madre Teresa dejó el convento de Loreto en Entally, Calcuta, la tarde
del lunes 9 de septiembre de 1946, para un tiempo de vacaciones y un retiro
de ocho días en Darjeeling. En algún momento del día
siguiente, mientras estaba todavía en el tren [5], Madre Teresa oyó
por primera vez la voz de Jesús en una locución interior. Durante
el curso de los meses siguientes, a través de más locuciones
interiores y de varias visiones interiores [6], Jesús le pidió
que fundase una comunidad religiosa que estaría dedicada al servicio
de los más pobres entre los pobres y, como Madre Teresa cita, “saciar
su sed de amor y de almas”. Esta experiencia en el tren supuso un giro
de 180° en la vida de Madre Teresa; se refirió siempre a ella como
a una “llamada dentro de la llamada”. El 10 de septiembre vino
a ser celebrado entre las Misioneras de la Caridad como el “Día
de la Inspiración”.
Desde 1946 hasta su muerte, Madre Teresa se negó absolutamente a dar
ningún detalle sobre la inspiración que había recibido
para iniciar la Misioneras de la Caridad o sobre el proceso de discernimiento
que había conducido al establecimiento oficial del nuevo Instituto
el 7 de octubre de 1950. El silencio de Madre Teresa reflejaba su reverencia
por la sacralidad del don recibido. “Para mí,” escribió
a las Hermanas en 1993, “la sed de Jesús es algo tan íntimo,
que he sentido una gran timidez hasta ahora de hablaros del 10 de sptiembre.
Quería hacer como Nuestra Señora, que ‘conservaba todas
estas cosas en su corazón’”. De hecho, movida por su profunda
humildad, Madre Teresa quiso insistentemente que estos documentos fuesen destruidos,
como le solicitó al Arzobispo Ferdinand Périer, S.J. en una
carta del 30 marzo 1957, “Deseo que el trabajo sea solo suyo. Cuando
se conozcan los inicios, la gente pensará más en mi y menos
en Jesús”. Sin embargo, el Arzobispo Périer no escuchó
la petición de Madre Teresa. Estos documentos estaban entre los recogidos
para su Causa de Beatificación y Canonización. De ellos se desprende
una abundante luz sobre la historia de la fundación de las Misioneras
de la Caridad.
La reacción de Madre Teresa
Después de haber completado su retiro, Madre Teresa volvió a
Calcuta y retomó sus obligaciones como directora y profesora de la
Escuela St. Mary. Tan pronto como se presentó la oportunidad, refirió
a P. Celeste Van Exem, S.J., su director espiritual, todo lo que había
sucedido en el tren y durante el retiro y “le mostré algunas
pocas notas que había tomado durante el retiro”. Durante las
semanas sucesivas, P. Van Exem intentó discernir sobre la geniunidad
de la inspiración que Madre Teresa había recibido. Ella, mientras
tanto, dice, “continué a referile todo lo que sucedía
en mi alma, en pensamientos y deseos”, mientras él la instruía
a “rezar y a guardar silencio sobre ello”. Cuando escribió
una carta a su Superiora General en enero de 1948, Madre Teresa le comentó
que después de haber informado a P. Van Exem de su experiencia él
“me desaconsejó. Hasta que vió que era de Dios, me prohibió
incluso que pensase en ello. A menudo, muy a menudo, durante cuatro meses,
le pedí que me permitiese hablar con Su Excelencia [el Arzobispo],
pero siempre él se oponía…”. No fue hasta enero
de 1947 que P. Van Exem, ahora completamente convencido de que la experiencia
de Madre Teresa venía “de Dios y del Corazón Inmaculado
de María”, le permitió informar al Arzobispo de su inspiración.
La carta del 13 de enero de 1947
Madre Teresa reveló la llamada al Arzobispo Périer en una carta
fechada el 13 de enero de 1947. Comienza diciéndole que le escribe
con el permiso del P. Van Exem y declara “a una sola palabra que Su
Excelencia diga estoy dispuesta a nunca más pensar en esos extraños
pensamientos que me han estado viniendo continuamente”. Esta carta al
Arzobispo Périer dá un resumen de la inspiración recibida
de Jesús, “que continuó entre Él y yo durante días
de mucha oración.” Publicamos la carta íntegramente:
+Convento St. Mary13 ene. 47 Su Excelencia,Desde septiembre ultimo, extraños
pensamientos y deseos han estado llenando mi corazón. Se hicieron más
fuertes y claros durante los ocho días de retiro que he hecho en Darjeeling.
Volviendo aquí, le dije todo a P. Van Exem. Le mostré algunas
notas que había tomado durante el retiro. Él me dijo que pensaba
que era una inspiración de Dios, pero que rezase y guardase silencio
sobre ello. Continué a decirle todo lo que ocurría en mi alma,
en mis pensamientos y en mis deseos. Ayer me escribió lo siguiente,
“no puedo impedirle de hablar o escribir a Su Excelencia. Escribirá
a Su Excelencia como una hija a su padre, con perfecta confianza y sinceridad,
sin ningún temor o ansiedad, diciéndole cómo ha sucedido
todo, añadiendo que ha hablado conmigo y que ahora pienso que no puedo
en conciencia impedirle que le exponga todo a él”.Antes de comenzar
quiero decirle que, con una sola palabra que Su Excelencia diga, soy capaz
de no considerar nunca más ninguno de estos extraños pensamientos
que me han estado viniendo continuamente.A menudo durante el año he
deseado pertenecer completamente a Jesús y hacer que otras almas, especialmente
indias, le amasen fervientemente, he deseado identificarme yo misma con las
jóvenes indias y de este modo amarle como nunca antes haya sido amado.
He pensado que [éste] fuese uno de mis muchos deseos. He leído
la vida de Sta. M. Cabrini. Ella ha hecho tanto por los Americanos por que
se hizo uno de ellos. ¿Porqué no puedo yo hacer en India lo
que ella hizo en América? Ella no esperó a que las almas viniesen
a ella. Fue hasta ellas acompañada de celosas trabajadoras. ¿Porqué
no puedo yo hacer lo mismo por Él aquí? Hay tantas almas –puras,
santas- que desean entragarse solamente a Dios. Las Ordenes europeas son demasiado
ricas para ellas; consiguen más de lo que dan. “No ayudarías”
[7] . ¿Cómo puedo yo? He sido muy feliz como religiosa de Loreto.
Dejar lo que he amado y exponerme a nuevos trabajos y sufrimientos, que serán
grandes, ser el hazmerreir de muchos, especialmente religiosos, elegir deliberadamente
y adherir a la dureza de la vida al estilo indio, a la soledad y a la ignominia,
a la incertidumbre – y todo porque Jesús lo desea, poque algo
me está llamando a dejarlo todo y a reunir unas pocas [compañeras]
para vivir su vida, para hacer su obra en India. Estos pensamientos fueron
causa de mucho sufrimiento, pero la voz continuó diciendo, “¿Te
negarás?” Un día en el momento de la Santa Comunión
oí la misma voz muy claramente: “Quiero religiosas Indias, Víctimas
de Mi amor, que sean María y Marta, que estén tan unidas a mí
que puedan irradiar Mi amor a las almas. Quiero religiosas libres cubiertas
con Mi pobreza de la Cruz. Quiero religiosas obedientes cubiertas con Mi obediencia
de la Cruz. Quiero religiosas llenas de amor cubiertas con la caridad de la
Cruz. ¿Te negarás a hacer esto por mí?” Otro día:
“Te has convertido en Mi esposa por amor a mí. Has venido a India
por Mí. La sed de almas que tenías te ha traído tan lejos.
¿Tienes miedo de dar un paso más por tu esposo, por mí,
por las almas? ¿Se ha enfriado tu generosidad? ¿Soy el segundo
para ti? Tú no moriste por las almas. Por eso no te preocupa lo que
les pueda suceder. Tu corazón nunca se ha ahogado en el dolor como
lo fue el de Mi Madre. Ambos lo hemos dado todo por las almas, ¿y tu?
Tienes miedo de perder tu vocación, de convertirte en seglar, de fallar
en tu perseverancia. No – tu vocación es amar y sufrir y salvar
almas y, dando este paso cumplirás el deseo de Mi Corazón para
ti. Esa es tu vocación. Te vestirás con sencillos vestidos indios
o más bien, como Mi Madre se vistió, sencilla y pobremente.
Tu hábito presente es santo porque es Mi símbolo – tu
sari será santo porque será Mi símbolo”. He tratado
de convencer a Nuestro Señor de que trataría de ser una religiosa
de Loreto muy santa y fervorosa, una verdadera Víctima aquí
en esta vocación – pero la respuesta llegó muy clara de
nuevo.“¡Quiero Hermanas Misioneras de la Cariadad Indias, que
sean Mi fuego de amor entre los más pobres – los enfermos, los
moribundos, los pequeños niños de la calle. Quiero que me traigas
los pobres y las hermanas que ofrecerán sus vidas como víctimas
de Mi amor me traerán estas almas. Tú eres, lo sé, la
persona más incapaz, débil y pecadora, pero precisamente porque
eres eso, quiero usarte para Mi gloria! ¡Te negarás!” Estas
palabras o más bien Su voz, me asustaron. El pensamiento de comer,
dormir, vivir como los indios me llenaba de temor. Recé largamente
? recé tanto – le pedí a nuestra Madre María que
le pidiese a Jesús que apartase ésto de mí. Cuanto más
rezaba, más claramente crecía la voz en mi corazón y
así le pedí que hiciese conmigo lo que quisiese. Él lo
pidió una y otra vez. Entonces una vez más, la voz fue muy clara:
“Siempre has dicho, ‘haz conmigo lo que quieras’. Ahora
quiero actuar. Déjame hacerlo, Mi pequeña Esposa, Mi pequeñita.
No temas. Estaré siempre contigo. Sufres ahora y sufrirás, pero
si eres Mi pequeña Esposa, la Esposa de Jesús Crucificado, tendrás
que soportar estos tormentos en tu corazón. Déjame actuar. No
me rechaces. Confía en Mí amorosamente, confía en Mí
ciegamente”.“Pequeñita, dame almas. Dame almas de los pobres
niños pequeños de la calle. Cómo duele, si solo lo supieses,
ver a estos pobres niños manchados con el pecado. Deseo la pureza de
su amor. Si solo respondieses a Mi llamada y me trajeses estas almas. Arráncalas
de las manos del maligno. Si solo supieses cuántos pequeños
caen en el pecado cada día. Hay conventos con numerosas religiosas
que se cuidan de la gente rica y con posibilidades, pero para los mios, los
más pobres no hay absolutamenhte nadie. Les deseo, les amo. ¿Te
negarás?” “Pídele a Su Excelencia que me conceda
ésto como acción de gracias por los veinticinco años
de gracia que yo le he dado” [8] . Esto es lo que sucedió entre
Él y yo durante unos días de mucha oración. [9] Ahora
toda la cosa aparece clara ante mis ojos, tal y como sigue: “La Llamada”A
ser indias: a vivir con ellas, como ellas, para poder llegar al corazón
de la gente. La orden debería empezar fuera de Calcuta – Cossipore
– un lugar abierto, solitario ? o St. John de Sealdah donde las Hermanas
puedan tener una vida verdaderamente contemplativa durante su noviciado, donde
deberían completar un año entero de verdadera vida interior
y uno de acción. Las Hermanas deben adherir a una perfecta pobreza
– la Pobreza de la Cruz – nada fuera de Dios. De forma que no
tengan riquezas que puedan entrar en su corazón, no tendrán
nada de mundano, sino que se mantendrán con el trabajo de sus manos
– pobreza Franciscana, trabajo Benedictino.En la orden pueden ser aceptadas
chicas de cualquier nacionalidad pero deben adquirir una mentalidad india,
vestir con vestidos sencillos: un hábito largo blanco, con mangas largas,
un sari azul claro y un velo blanco, sandalias, sin calcetines, un crucifijo,
la cuerda y el rosario. Las Hermanas deben adquirir un conocimiento completo
de la vida interior por medio de santos sacerdotes que las ayuden a estar
tan unidas a Dios que lo irradien cuando llegan al campo de misión.
Deben ser verdaderas Víctimas – no a palabras – sino en
el pleno sentido de la palabra, víctimas Indias por India. El amor
debería ser la palabra, el fuego, que las haga vivir la vida en plenitud.
Si las religiosas son muy pobres, serán libres de amar solo a Dios,
de servirle a Él solo, de ser solo suyas. Los dos años en perfecta
soledad las harán pensar en lo interior mientras estén en medio
del mundo.Para renovar y elevar el espíritu, las hermanas deberán
pasar un día cada semana en casa, la casa Madre de la ciudad cuando
están en la misión. “El Trabajo”El trabajo de las
Hermanas sería estar con la gente – no tendrán colegios
de pago, sino muchas escuelas gratuitas, hasta el segundo curso. Irán
a cada parroquia dos Hermanas, una para los enfermos y moribundos, una para
la escuela. Si el número lo requiere, las parejas [de Hermanas] pueden
aumentar. Las Hermanas enseñarán a los pequeños, les
ayudarán a tener recreaciones puras manteniéndoles así
lejos de la calle y del pecado. La escuela debería estar situada solo
en los lugares más pobres de la parroquia para atraer a los niños
de la calle, cuidándose de ellos en lugar de los padres que son pobres
y tienen que trabajar. Una se cuidará de los enfermos, asistirá
a los moribundos, hará todo el trabajo por los enfermos, tanto si no
más de lo que una persona recibe en un hospital – los lavará
y les preparará para Su venida [de Jesús]. En el momento fijado,
las Hermanas provenientes de las diversas parroquias se reunirán en
el mismo lugar para volver a casa, de forma que mantengan una completa separación
con el mundo. Esto en las ciudades donde es grande el número de pobres.
En los poblados, la misma cosa, solo que podrían dejar el poblado una
vez terminado el trabajo de instrucción y servicio. Para moverse con
mayor facilidad y rapidez, cada religiosa debería aprender a montar
en bicicleta, algunas deberían aprender a conducir un autobús.
Esto es un poco moderno, pero las almas mueren por falta de cuidado, por falta
de amor. Estas Hermanas, estas verdaderas víctimas, deberían
hacer el trabajo que es necesario para el Apostolado de Cristo en India. Deberían
también tener un hospital para niños pequeños con graves
enfermedades. Las religiosas de esta orden serán Misioneras de la Caridad
o Hermanas Misioneras de la Caridad.Dios me está llamando, indigna
y pecadora como soy. Deseo darlo todo por las almas. Todos creerán
que estoy loca, después de tantos años, iniciar algo que me
procurará sobre todo sufrimientos, pero Él me llama a reunir
unas pocas compañeras e iniciar el trabajo, a luchar contra el demonio
y a privarle de los miles de pequeñas almas que está destruyendo
cada día.Esta carta es ya bastante larga, pero le he dicho todo, como
se lo habría dicho a mi madre. Deseo ser realmente solo suya [de Jesús],
arder completamente por Él y por las almas. Deseo que sea tiernamente
amado por muchos. De forma que, si usted así lo creee, si usted así
lo desea – estoy lista para hacer Su Voluntad. No tenga en cuenta mis
sentimientos. No tenga en cuenta el costo que debería pagar. Estoy
lista pues ya le he dado a Él todo mi ser. Y si usted piensa que todo
esto sea un engaño, aceptaría también ésto y me
sacrificaría completamente. Le envío esta carta a través
de P. Van Exem. Le he dado permiso para usar todo lo que le he dicho y que
esté relacionado conmigo y con Él [Jesús] en esta obra.
Mi traslado a Asansol [10] me parece [ser] parte de Su plan. Allí tendré
más tiempo para rezar y prepararme para lo que está para venir.
En esta materia me pongo completamente en sus manos. Rece por mí para
que pueda ser una religiosa según Su Corazón. Su devota hija
en Jesucristo,Maria Teresa
Evidentemente, el deseo de hacer algo por los pobres se movía en el
corazón de Madre Teresa antes del 10 de septiembre. La luz y la convicción
llegaron cuando Jesús intervino poderosamente para hacer conocer sus
deseos. Pero, si hasta ahora parecía que el “Día de la
Inspiración” Jesús había pedido a Madre Teresa
que iniciase una nueva mission y que ella simplemente aceptó su propuesta,
esperando solamente el permiso de la Iglesia para iniciarla, acabamos de ver
que éste no era el caso. De hecho, Madre Teresa experimentó
una real lucha interior entre el amor que inspiraba su determinación
a dar a Dios todo lo que Él le pedía y los temores y dudas que
procedían de su sentimiento de profunda incapacidad y debilidad.
Sin embargo, en el momento en que escribió al Arzobispo Périer,
estaba lista para “consumirse completamente” para que Jesús
pudiese ser conocido y amado a través de su servicio a los pobres.
Aparece también evidente, como se puede comprobar por la claridad y
la praticabilidad de las secciones sobre “La LLamada” y “El
Trabajo”, que en enero, Madre Teresa había ya dedicado bastante
tiempo a pensar a la vida y al trabajo de la comunidad religiosa que esperaba
fundar. Lo que destaca es su énfasis en una profunda vida espiritual
así como fundamento de un servicio activo y su marcado espíritu
de innovación [11].
3 de diciembre de 1947 “Por favor, no lo retrase”
Desde el momento en que recibió la primera carta de Madre Teresa en
enero, el Arzobispo Périer demostró ser un pastor sabio y prudente.
No tuvo prisa para aprobar o rechazar la propuesta de Madre Teresa. Se dió
cuenta de que su salida de Loreto y la fundación de una nueva congregación
religiosa era una decisión de la que dependía el futuro de la
vida de muchas personas. En consecuencia, repetidamente le dijo a Madre Teresa
que, antes de dar su aprobación, “debo poder decir que he rezado
mucho y durante mucho tiempo, que he estudiado el caso cuidadosamente, que
he consultado a diversos expertos en estas materias, que me he puesto yo mismo
en un estado de completa indiferencia en lo referente a la aceptación
o al rechazo y que mi juicio se base solamente en los méritos o deméritos
del caso. … Haré la voluntad de Dios; pero ésta me debe
ser clara”. Durante 1947 el Arzobispo llevará a cabo su discernimiento.
Mientras tanto, el deseo de responder a la llamada de Jesús crecía
en Madre Teresa según pasaban los meses. Durante 1947, se comunicó
con el Arzobispo Périer a través de cartas y a través
P. Van Exem, que continuó a aconsejarla. Finalmente, la convicción
de Madre Teresa de que la inspiración venía de Dios y su ardiente
deseo de responder a su llamada sin más retrasos, culmina en su carta
del 3 de diciembre de 1947 al P. Van Exem y al Arzobispo Périer. En
ésta habla una vez más de su original inspiración de
septiembre de 1946, repitiendo verbatim las palabras de la voz de su carta
de enero. Esta vez, sin embargo, ella revela más de su intimidad con
Jesús incluyendo sus palabras reales en respuesta a las de Él.
En la segunda sección de la carta referente al año 1947, Madre
Teresa informa al Arzobispo sobre las locuciones y las visiones que suponen
el cúlmen de los fenómenos místicos relativos a la inspiración.
Fiesta de S. Francisco Javier [12] Querido Padre,Le estaría muy agradecida
si le diese estos papeles a Su Excelencia. Septiembre 1946A menudo durante
el año he tenido el deseo de pertenecer completamente a Jesús
y de hacer que otras almas, especialmente indias, viniesen y le amasen fervorosamente,
pero pensando que fuese uno de mis deseos, lo alejé una y otra vez.
Identificarme tanto con las chicas indias sería incuestionable. Después
de leer la vida de Santa Cabrini, el pensamiento continuó a venirme,
¿por qué no puedo hacer por Él en India lo que ella hizo
por Él en América? ¿Por qué fue capaz de identificarse
tanto con los americanos hasta hacerse uno de ellos? No esperó a que
las almas se le acercasen, sino que salió en busca de ellas y las atrajo
con la ayuda de sus celosas colaboradoras. ¿Por qué no puedo
yo hacer lo mismo por Él aquí?¿Cómo podría?
He sido y soy muy feliz como religiosa de Loreto. Dejar lo que ha amado y
exponerme a nuevos trabajos y sufrimientos, que serán grandes, ser
el hazmerreir de tantos, especialmente religiosos, adherir y elegir deliberadamente
las cosas duras de una vida al estilo indio, la soledad y la ignominia, la
incertidumbre – y todo porque Jesús lo quiere, porque algo me
está llamando a dejarlo todo y a reunir algunas compañeras para
vivir Su vida, para hacer Su obra en India. En todas mis oraciones y Santas
Comuniones Él me pregunta constantemente, “¿Te negarás?
Cuando se trató de tu alma no pensé en Mí mismo, sino
que me entregué libremente por ti en la Cruz y ahora, ¿qué
haces tú? ¿Te negarás? Deseo Religiosas Indias, víctimas
de Mi amor, que sean María y Marta, que estén tan unidas a mí
que puedan irradiar Mi amor en las almas. Deseo religiosas libres, cubiertas
con Mi Pobreza de la cruz. Deseo religiosas obedientes, cubiertas con Mi obediencia
en la cruz. Deseo religiosas llenas de amor, cubiertas con Mi Caridad de la
cruz. ¿Te negarás a hacer esto por mí?”Mi querido
Jesús, lo que me pides va más allá de mis fierzas. Puedo
apenas entender la mitad de las cosas que deseas. Soy indigna. Soy una pecadora.
Soy débil. Ve, Jesús, y busca un alma más digna y generosa
que yo.“Te has convertido en Mi Esposa por amor a mí. Has venido
a India por mí. La sed de almas que tenías te ha traído
tan lejos. ¿Te da miedo ahora dar un paso más por mí,
tu Esposo, por las almas?¿Se está enfriando tu generosidad?
¿Soy el segundo para ti? Tú no has muerto por las almas. Por
eso no te importa lo que pueda ocurrirles. Tu corazón nuca se ha ahogado
en el dolor como el de Mi Madre. Ambos nos hemos entregado totalmente por
las almas – ¿y tú? Tienes miedo de perder tu vocación,
de convertirte en seglar, de fallar en la perseverancia. No – tu vocación
es amar y sufrir y salvar almas y, dando este paso, cumplirás el deseo
de Mi Corazón para ti. Te vestirás con sencillos vestidos indios,
o mejor, como Mi Madre se vistió, sencilla y pobre. Tu hábito
actual es santo porque es Mi símbolo. Tu sari será santo porque
será Mi símbolo”.Dame luz. Mándame tu propio Espíritu,
que me indicará Tu voluntad, que me dará la fuerza para hacer
las cosas que te agradan. Jesús, mi Jesús, no dejes que me engañe.
Si eres Tú quien lo desea, dame una prueba de ello; si no, permite
que [este pensamiento] abandone mi alma. Confío en ti ciegamente. ¿Dejarás
que se pierda mi alma? Tengo tanto miedo, Jesús. Tengo tantísimo
miedo. No permitas que me engañe. Tengo tanto miedo. Este temor me
hace ver cuánto me amo a mi misma. Tengo miedo del sufrimiento que
vendrá con el llevar una vida al estilo indio, vistiendo como ellos,
comiendo como ellos, durmiendo como ellos, viviendo con ellos sin poder nunca
en nada seguir mi voluntad. Cuánto la comodidad ha tomado posesión
de mi corazón.“Siempre has dicho, ‘haz conmigo lo que desees’.
Ahora deseo actuar. Permíteme hacerlo, Mi pequeña Esposa, Mi
chiquitina. No tengas miedo. Estaré siempre contigo. Sufres ahora y
sufrirás, pero si eres Mi pequeña Esposa, la Esposa de Jesús
crucificado, tendrás que soportar estos tormentos en tu corazón.
Permíteme actuar. No me rechaces. Confía en Mí con amor,
confía en Mí ciegamente”.Jesús, mi Jesús,
yo soy solo tuya. Soy tan tonta. No sé lo que digo, per, haz conmigo
lo que desees, como desees y durante el tiempo que desees. Te amo no por lo
que me das, si no por lo que tomas. ¿Jesús, por qué no
puedo ser una perfecta Religiosa de Loreto, una verdadera víctima de
tu amor aquí? ¿Por qué no puedo ser como todas las demás?
Mira a los cientos de Religiosas de Loreto que te han servido perfectamente,
que ahora están contigo. ¿Por qué no puedo yo seguir
la misma senda que ellas para llegar hasta ti?“Deseo Religiosas Indias,
Misioneras de la Caridad, que sean Mi fuego de amor entre los pobres, los
enfermos, los moribundos, los niños pequeños. Quiero que me
acerques a los pobres y las Hermanas que ofrecerán sus vidas como víctimas
de Mi amor me traerán estas almas. Tú eres, lo sé, la
persona más incapaz, débil y pecadora, pero, precisamente porque
eres eso, deseo utilizarte para Mi gloria. ¿Te negarás?”“Pequeñita,
dame almas. Dame las almas de los niñitos pobres de la calle. Si tu
supieses cómo duele, si solo lo supieses, ver a estos pobres niños
manchados con el pecado. Deseo la pureza de su amor. Si solo respondieses
y me trajeses estas almas. Arráncalas de las manos del maligno. Si
solo supieses cuántos pequeños caen en el pecado cada día.
Hay muchas Religiosas para cuidar a la gente rica y bienestante, pero para
los más pobres, los mios, no hay absolutamente nadie. A ellos deseo,
a ellos amo. ¿Te negarás?” 1947“Mi pequeñita,
ven, ven, llévame a los agujeros [donde viven] los pobres. Ven, sé
Mi luz. No puedo ir solo. No me conocen y por eso no me quieren. Ven, vete
entre ellos. Llévame contigo en medio de ellos. Cuánto deseo
entrar en sus agujeros, en sus oscuras y tristes hogares. Ven, sé su
víctima. En tu inmolación, en tu amor por mí, ellos me
verán, me conocerán. Ofrece más Sacrificios, sonríe
más tiernamente, reza más fervientemente y todas las dificultades
desaparecerán”“Estás asustada; cómo me hace
daño tu temor. No temas. Soy yo que te estoy pidiendo que hagas esto
por mí. No temas. Aunque todo el mundo esté contra ti, se ría
de ti, tus compañeras y Superioras te miren con desprecio, no temas.
Yo estoy dentro de ti, contigo y por ti”.“Sufres mucho y sufrirás,
pero recuerda que yo estoy contigo. Aunque todo el mundo te rechace, recuerda
que tú me perteneces y que yo te pertenezco. No temas, soy yo. Solo
obedece – obedece muy alegre y prontamente y sin preguntas. Solo obedece,
Nunca te dejaré si tu obedeces”.1) Vi una gran multitud –todo
tipo de personas – había también algunos muy pobres y
niños. Tenían todos las manos levantadas hacia mí, que
estaba de pie en medio de ellos. Ellos me llamaban: “Ven, ven, sálvanos.
Traénos a Jesús”.2) De nuevo una gran multitud –
podía ver gran pena y sufrimiento en sus rostros. Estaba arrodillada
cerca de Nuestra Señora que estaba vuelta hacia ellos. Yo no veía
Su rostro, pero le oía decir, “Cuídales. Son míos.
Llévales a Jesús. Lleva a Jesús hasta ellos. No temas.
Enséñales a recitar el Rosario, el Rosario en familia, y todo
irá bien. No temas. Jesús y yo estaremos contigo y con tus niños”.3)
La misma gran multitud – estaban cubiertos de oscuridad pero podía
verles, Nuestro Señor en la Cruz. Nuestra Señora a poca distancia
de la Cruz – y yo misma como una niña pequeña frente a
ella. Su mano izquierda estaba sobre mi hombro izquierdo y Su mano dereca
sostenía mi brazo derecho. Ambas mirábamos hacia la Cruz. Nuestro
Señor dijo, “Te lo he pedido. Ellos te lo han pedido y Ella,
Mi Madre te lo ha pedido. ¿Te negarás a hacer ésto por
mí, a cuidarte de ellos, a traérmelos?”Contesté,
Tú lo sabes, Jesús, estoy lista para ir inmediatamente. Desde
entonces ? no he oído ni visto nada, pero sé que todo lo que
he escrito, es verdad. Como le he dicho, no me apoyo en esto, pero sé
que es verdad. Si no hablase de esto, si tratase de eliminar estos deseos
de mi corazón, sería culpable ante Nuestro Señor. ¿Porqué
me ha sucedido todo esto a mí, la más indigna de Sus criaturas?
No lo sé y he tratado a menudo de persuadir a Nuestro Señor
a buscar otra alma más generosa, más fuerte, pero parece que
Él se complace de mi confusión, de mi debilidad. Estas ansias
de saciar el deseo que siente Nuestro Señor de las almas de los pobres,
de víctimas puras de Su amor, crece con cada Misa y cada Santa Comunión.
Todas mis oraciones y toda mi jornada, en una palabra, están llenas
de este deseo. Por favor, no lo retrase más. Pida a Nuestra Señora
que nos dé esta gracia el día 8, día de Su fiesta [13]
.Si hay alguna otra cosa que le haya dicho [14] , pero que ahora no recuerdo,
por favor, dígaselo también a Su Excelencia. Le he dicho a él
que quería solo obedecer y hacer la Santa Voluntad de Dios. Ahora no
tengo ningún temor. Me pongo completamente en Sus Manos. Puede [Jesús]
diponer de mí como desee.Por favor, hable a Su Excelencia sobre las
dos chicas yugoslavas de Roma. Hay además seis chicas bengalíes,
la chica Belga del sur, la que usted conoce en Bélgica. Las vocaciones
deberían venir. No tengo miedo a este respecto, aunque todos me creen
muy optimista, pero yo sé cuánto amor y generosidad hay en los
corazones bengalíes si se les dan los medios para llegar a lo más
alto. La renuncia y la abnegación serán los medios para alcanzar
nuestra finalidad. Habrá desilusiones pero el buen Dios desea solo
nuestro amor y nuestra confianza en Él.Por favor rece por mí
durante su Santa Misa.Sinceramente suya en N.S. [15] M. Teresa P.S. Por favor,
explique a S.E. lo que he querido decir cuando afirmaba que no me apoyo o
creo en visiones. Quería decir que aunque éstas no hubiesen
ocurrido, mis deseos habrían sido igualmente fuertes y mi prontitud
para hacer Su Santa Voluntad igualmente ferviente.
Cuando el Arzobispo Périer recibió la carta de Madre Teresa,
el proceso de información con los expertos estaba todavía abierto.
Hacia el inicio de enero, sin embargo, se había “convencido profundamente
de que, negando su consentimiento, habría obstaculado la realización,
a través de ella, de la voluntad de Dios. No creo poder hacer nada
más para recibir mayor iluminación”. De esta forma, en
la mañana del 6 de enero de 1948, después de haber celebrado
la Misa en la capilla del convento, llamó a Madre Teresa y le dijo:
“Puede proceder”.
Cuatro días más tarde, Madre Teresa escribió una carta
a su Superiora General exponiéndole sus deseos y pidiéndole
permiso para dar los primeros pasos que la llevarían a salir del convento
de Loreto hacia a las calles y las villas miserias de Calcuta.
Después de recibir el permiso de su superiora, Madre Teresa lo pidió
a la Sagrada Congregación para los Religiosos del Vaticano. Recibió
la aprobación formal con un indulto de exclaustración concediéndosele
el privilegio de vivir fuera de convento aún continuando a ser una
religiosa de Loreto con votos. Aunque el indulto fue concedido en abril, la
carta de Roma confirmándolo no le llegó a Madre a Calcuta hasta
agosto.
Con este permiso, Madre Teresa se vistió con un sari y partió
hacia Patna el 17 de agosto, para iniciar su preparación médica
con las Hermanas Médicas Misioneras. La terminó con éxito
y volvió rápidamente a Calcuta en diciembre. Gracias a los acuerdos
que había hecho P. Van Exem, se le ofreció alojamiento temporal
con las Hermanitas de los Pobres. Fue desde allí que, el 21 de diciembre
de 1948, Madre Teresa salió a las villas miserias por primera vez para
empezar “la obra” que definiría su vida y su gran misión
de caridad para con los más pobres entre los pobres.
Pronto iba a descubrir cuánto habían sido proféticas
las palabras de Jesús anunciándole los sufrimientos que debería
soportar en su corazón.
2ª
PARTE: El alma de la Madre Teresa
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