Francisco
García de Roca nos hace un breve resumen de su extensa y siempre
interesante Biografia:
"Pero si no habláramos de la creadora de esta congregación
podría quedar un claro vacío, ya que fue y sigue siendo
el ejemplo y la referencia en el diario transcurrir de las Misioneras
de la Caridad, por ello es por lo que se intentarán dar unas
pinceladas de la fructífera vida de esta mujer que nació
el 27 de Agosto de 1910 en Skopje, una ciudad que pertenecía
a Albania y hoy lo es de la Federación Yugoslava.
Recibió el nombre de Agnes, que en castellano es Inés,
siendo la hija menor de una familia de tres niñas y un niño.
Sólo tenía doce años cundo sintió por
primera vez el deseo de consagrar su vida como religiosa. Seis años
más tarde decidió dejar su casa parra entrar en las
Hermanas de Nuestra Señora de Loreto, en Irlanda. En 1929 es
enviada a la india donde ingresa en el noviciado y estudiar magisterio.
Tuvo la inspiración de tomar el nombre de Santa Thérèse
de Lisieux en la vid religiosa pero otra hermana ya había tomado
el nombre de Marie Thérèse, entonces decidió
adoptar el nombre español, Teresa. Hay una graciosa anécdota
al respecto del padre Edward Le Joly, que corrigió a la Madre
diciéndole: “no es usted pequeña. No es Teresita,
que se llamaba a sí misma juguete del Señor. No es esa
santita delicada y tierna que todo lo hizo sin salir de su convento.
Usted es la Madre Teresa, que ha seguido las huellas de la gran santa
española, siempre dispuesta a emprender nuevas fundaciones.
Para las misioneras de la caridad usted es Mother; para nosotros los
sacerdotes, es usted la Madre: una mujer con voluntad de hierro, dinámica
y práctica...”. Ya en un retiro impartido en Madrid por
un padre misionero de la caridad norteamericano nos dijo que la primera
Madre Teresa era de una cercana ciudad, de Ávila.
Al finalizar el noviciado, fue llamada a enseñar en un convento
del Loreto en un suburbio de Calcuta. Se quedaría allí
durante diecisiete felices años enseñando historia y
geografía.
El 10 de septiembre de 1946, en el tren hacia Darjeelling camino de
su retiro anual, la Madre oyó un mandato interior de renunciar
al Loreto para ir a servir a los pobres en las calles. Este acontecimiento
se recuerda como el DÍA DE LA INSPIRACIÓN.
Durante casi dos años la madre esperó el permiso de
la Iglesia para vivir fuera del convento.
En agosto de 1948, fiándose únicamente de la ayuda de
Dios, la Madre dejó la seguridad del Loreto para seguir la
llamada de servir a los más pobres de entre los pobres, y vivir
en medio de ellos.
Realiza un curso de enfermería y abriendo una escuela de higiene
para niños de la calle. El 7 de octubre de 1950, funda en Calcuta
las Misioneras de la Caridad, consiguiendo la aprobación el
1 de febrero de 1965, bajo el pontificado de Pablo VI. A partir de
entonces la Congregación se extiende por la India y Venezuela
y por los cinco continentes.
El mismo Papa aprueba la “Asociación de Colaboradores
de las Misioneras de la Caridad”, el 26 de marzo de 1969, que
pertenece a la Congregación pero con estatutos propios.
Son
muchos los galardones y premios que ha recibido, de los que destaca
el Premio Nóbel de la Paz de 1979, la Orden de Loto, el premio
Juan XXIII, el premio Pandit Nehru, el premio Buen Samaritano, el
premio Allart Shweitzen de la FAO y muchos otros premios e incluso
doctorados “honoris causa”.
Murió en olor de Santidad el 5 de Septiembre de 1997.
Está abierto por gracia especial del Papa Juan Pablo II el
proceso de beatificación sin esperar los cinco años
que obliga el Derecho Canónico, y todos esperan que su elevación
a los altares sea inmediato, en torno a la primavera del 2002.
Visitó por primera vez España en 1976, pero esta casa,
el Hogar del Inmaculado Corazón de Jesús, no se abrió
hasta el 21 de junio de 1980.
Actualmente las hermanas han colocado en esta capilla una escultura
que representa a la Madre Teresa en tamaño natural, y que es
similar a la que se encuentra en Calcuta, obras de la escultura Carmen
Arrúz, que colabora también con las hermanas. Da a esta
capilla un encanto especial que ayuda a la meditación y al
acercamiento espiritual de estas mujeres.
Dejó numerosas cartas y discursos. Valga una muestra con las
palabras pronunciadas por la Madre Teresa el 6 de agosto de 1976,
en el Congreso Eucarístico Internacional sobre Libertad y Justicia
en Filadelfia:
"Con profunda gratitud, en su nombre, en nombre de los inválidos
y de los indeseados, en nombre de los moribundos y de los hambrientos,
de los leprosos y de los alcohólicos, en nombre de todos estos
y mío, en nombre de mis Hermanas y Hermanos, os doy las gracias
por el amor y generosidad que habéis demostrado a lo largo
de todos estos años.
Una cosa os pido: nunca tengáis temor de dar, pero no deis
de lo que os sobra. Dad hasta que os cueste. Jesús se sintió
herido al amaros a vosotros y amarme a mí.
Hay una alegría profunda en el dar, porque es mucho más
lo que recibimos que lo que damos.
Lo mismo ocurre en la Eucaristía.
Nosotros recibimos a Jesús mismo en el pan, que es pan de vida.
Y nos ofrece la hermosa oportunidad de devolverle lo que nos da. Jamás
volváis la espalda a los pobres, porque al volver vuestra espalda
a los pobres, la volvéis a Cristo Jesús."