Camboya 2004: Viaje a los mares del Sur |
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BUDISMO EN CAMBOYA... SIGLO XIII, conversión de los reyes y misteriosa extensión... El budismo es una prolongación del hinduismo, pero difícilmente puede entenderse como una religión desde nuestra concepción. No reconoce un alma substancial, ni Dios providencia, es ante todo CAMINO, camino de perfección. Las 2 ramas del budismo (Mahayama e Hinayana) se diferencian en que la vieja comunidad de la India central ha conservado el sello monacal y disciplinado, deteniéndose en el ideal santamente egoísta del arhat, preocupados por escapar del dolor y romper todos los obstáculos que les separan de la liberación. Las sectas del noroeste han preferido invocar al príncipe de la caridad. Así nació y se ha ido afirmando el cisma interno. Unos poniendo el acento en la compasión, en la benevolencia universal, en la abnegación desinteresada, en el amor al prójimo extendido a todos los seres vivos y llevado hasta el completo olvido de si (Metro); otro encaminado al repliegue sobre si mismo, la concentración de espíritu, la atenta y constante vigilancia de actos, palabras y pensamientos, la meditación solitaria y la supresión radical de toda emotividad (Apramada). El
Budismo es, por tanto, una religión abierta al otro, y así
establece los 4 grandes compromisos con el prójimo: El budista se redime a si mismo por la virtud pero al hacerlo trabaja por la dicha universal. En las 4 verdades Buda finaliza enumerando las 8 ramas del camino de la virtud: doctrina, resolución, palabra, acción, medios de existencia, esfuerzo, atención, recogimiento y en todas ellas el neófito ha de ser CORRECTO, mantenerse en el JUSTO MEDIO. Y por eso da un valor esencial a las formas externas, prohibiendo chuparse los dedos, hablar con la boca llena, la negligencia en el vestido... Cuenta que Adjatasatru tras apoderarse de su reino, asesinando a traición a su amigo Bimbisara decidió extenderlo aun más y antes de emprender su empresa se dirigió a consultar a Buda cuyas palabras se cumplen inexorablemente. El maestro define así los 7 fundamentos inquebrantables de la prosperidad. Mientras sigan teniendo asambleas, vivan en concordia, observen sus leyes, honren a los ancianos, respeten a las mujeres, veneren sus santuarios y traten bien a sus santos seguirán siendo invencibles... |