¿Qué es y Cómo trabaja un Colaborador? |
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Un colaborador de las Misioneras de la Caridad es una persona respetuosa, alegre, con espíritu generoso y de entrega a los demás, sin pedir nada a cambio. No hace falta que seas católico practicante. Budistas, hinduistas, musulmanes, ateos, agnósticos, todo el mundo es bienvenido en una casa de las Misioneras de la Caridad, porque la “Alegría de darse a los demás” no es exclusivamente un don de los católicos, es o debería ser una cualidad inerente en todo ser humano, sea de la raza, nacionalidad, religión o cultura que sea.Por esto, cuando llegas a una casa de las Misioneras, nadie te pregunta si vas a misa, si rezas el Rosario o cuál es tu religión, cultura, posición o profesión. “Todos somos iguales a los ojos de Dios”, y por ello, todos somos iguales a los ojos de las Hermanas, que nos reciben siempre con los brazos abiertos, seamos como y quienes seamos. Para ellas, un voluntario es un regalo de Dios, alguien que Dios les envía para ayudarlas, ya que en general, en las casas, no suele haber más de 4 o 5 Hermanas, y el trabajo, sin embargo es ingente. Por lo cual, siempre seréis bien recibidos y a partir de que os conozcan, -aunque estéis con ellas una semana o un fin semana-, siempre rezan por los colaboradores y benefactores...en todas las Casas del mundo... A
cambio...nosotros sólo tenemos que respetar sus horarios, su
sencillez de vida, sus costumbres, sus silencios, la manera de trabajar
que tienen y su mentalidad y vocación: - “Servir a los
más pobres de entre los pobres”-. Sus
horarios son peculiares, pero en absoluto nos exigen a nosotros lo mismo,
solo que los respetemos, sobre todo por las noches. Los
voluntarios, normalmente nos levantamos a las 7 – 8 de la mañana,
comemos a las 12:30-13:00hs, descansamos o nos vamos a dar un paseo
a mediodía, y volvemos a trabajar a las 16:30hs, aproximadamente
(insisto, según la casa). Cenamos entre 19:30 y 20:00 y podemos
ir de paseo o salir de la casa hasta las 9:30hs en que la casa se cierra... Los fines de semana las Misioneras nos recomiendan que descansemos, que vayamos a hacer turismo, a dar una vuelta, a la playa, si en el sitio donde estamos la hay...en fin...que desconectemos un poco, porque la vida en las casas es agotadora y muy intensa... El trabajo: Dependiendo de la Casa el trabajo será distinto: cuidar bebés, entretener a niños, curar y dar consuelo a enfermos, pasear ancianos, dar de comer a minusválidos, etc. Siempre es gratificante, y os aseguro que siempre podemos hacer mucho más de lo que nos imaginamos y pensamos. Dios nos da la fuerza y la alegría para llevar a cabo tareas que aunque en nuestro día a día nunca podríamos realizar por motivos de escrúpulos, ascos o falta de interés; en esas casas hay “algo” que nos ayuda a todos a superar estos miedos, temores, escrúpulos, etc. ¡Ya lo veréis! ¡No tengáis miedo!. No hace falta que seáis médicos, enfermeras, pedagogos, psicólogos, etc...solo hace falta buena voluntad, espíritu de servicio, respeto a la Congregación y a sus normas y mucha ilusión en ayudar a los más necesitados; que en definitiva de lo que están realmente más necesitados es de Amor, de cariño, de atención y de ternura... Los hombres siempre les vienen muy bien por aquello de que las Misioneras no son expertas ni en carpintería, fontanería, chapa y pintura ... por lo que una mano masculina para estas labores, siempre está más que agradecida... Compromiso: Si os decidís a ir a alguna de sus casas solo tenéis que comprometeros a respetarlas, a respetar su manera de trabajar, sus horarios, consejos y conductas. A tratar a los enfermos, niños e indigentes como os gustaría que os trataran a vosotros en su situación. Nada
más....La Madre Teresa creó la figura de los Colaboradores
para que nosotros también podamos compartir con ellos “La
Alegría de darse a los demás”; y os aseguro, que
ninguno os arrepentiréis de haber ido a estar con ellas...¡Todos
repetimos! y llegamos a la conclusión de que es la mejor experiencia
de nuestras vidas...¡Ánimo! |